Vídeo de presentación de Sara Odriozola

¡Qué poco ha faltado!

Después de mucho tiempo dejando mis obligaciones a un lado, trabajando semana tras semana para ofrecer un vídeo digno, recibiendo críticas ofensivas, y de volar a Barcelona pese a la nube de ceniza para asistir a la final... me he quedado a las puertas.

El día de la grabación del programa me di cuenta de que realmente no se sabía quién iba a ganar y de que, a priori, podía ser cualquiera de las dos. Nadie sabía lo que iba a votar ninguno de los miembros del jurado, ni mucho menos Miquel Serra, a cuyo vídeo tuvimos que esperar.

El apoyo popular resultó sí ser relevante, ya que en la final fue un voto decisivo y, como todos sabéis, yo no pude siquiera acercarme al porcentaje de Sara Santacana.

De modo que no iré a la Isla de Pascua pero la verdad es que, a pesar de todo lo dicho hasta aquí, no me siento muy decepcionada. La sensación de que haya faltado tan poco para ganar es agridulce; el motivo del agrio es obvio y el del dulce, supongo que también. Me llevo muchas cosas buenas del concurso. Lo primero, que ya lo he terminado y puedo volver a mi rutina y a tener algo de tiempo libre. En eso es en lo que pienso ahora mismo; pero no es lo único, claro. Lo más impresionante para mí de toda esta experiencia ha sido el apoyo popular. Ver a mi familia totalmente volcada, a mis amigos y conocidos haciendo campaña y demostrándome que creen en mí... Quizá no haya sido suficiente para ‘Misión Eclipse’, pero a mí me ha desbordado. Y, a decir verdad, no sé cómo agradecerlo.

Mi rival:

Sara Santacana se merece un espacio aparte en esta última entrada del blog. Mi contrincante en la final de ‘Misión Eclipse’ ha sido la mayor sorpresa del concurso. A pesar de que se vaya conociendo mucho de los candidatos a través de lo que se muestra en sus vídeos, muros de Facebook y blogs, realmente sabemos poco de las personas que hay detrás. A mí siempre me pareció que “la otra Sara” tenía una forma agresiva de competir, por lo que me imaginé que conocerla frente a frente podría ser un tanto violento, teniendo en cuenta la tensión que se podría respirar en la final. Pero, en un solo día me demostró que se trata de una persona peleona pero muy humana y agradable. ¡Además de una umbráfila como la copa de un pino!

Espero que el 11 de julio las nubes les permitan ver el eclipse... ¡Y que disfruten del espectáculo!